sábado, 12 de marzo de 2011

17:45

tengo solo veinte años.
no puedo hablar de la vejez, de las partes de mi casa,
de como riego mis plantas, de como amo a mis hijos o
de como observo a la vieja de enfrente que me mira cuando
salgo a hacer las comprar.
es que no vivo sola, no tengo casa propia, mis vecinos
me ignoran y no pienso tener hijos hasta por lo
menos diez años más.
ni siquiera voy a hacer las compras, aunque me gusta
ir al supermercado o al chino de acá a la vuelta.
me di cuenta de que nada más puedo hablar del amor,
de los árboles, de la lluvia, de las nubes
y de alguna que otra película oriental.
pero definitivamente es en el amor, no en el de toda la vida,
porque soy muy joven para pensar en eso,
y hasta puedo llegar a descreer de que exista en realidad,
en donde me siento como un pez amarillo
e hiperactivo en el agua.
es que soy muy intensa, vivo todo de una manera muy punk
y es por eso estoy repleta de amores fugaces,
que me encantaron y que llevo tatuados en
distintas partes de mi cuerpo.
aunque ninguno de ellos lo sepa, cada color del arco-iris
de mi brazo tiene un nombre, un nombre que nunca olvidaré
y que significa que se llevaron consigo una parte de mi alma.
el día que se fueron, parte de mi se fue con ellos,
algunos me guardaron en el bolsillo de su chaqueta de cuero,
otros muy adentro del corazón y hubo quienes me hicieron
un bollito me tiraron al doblar a la esquina.
es que soy muy valiente y pocas veces tengo miedo.
no me gusta proyectar a futuro, porque arruino
lo que sucede ahora mismo.
entiendo que hay personas que si lo hacen y es con ellas con la
que más difícil se me hace lidiar.
les repito una y otra vez mis ideales del amor y del tiempo,
les digo que no tengan miedo, o si, que tener miedo significa
que hay algo más, algo que importa, algo que se puede perder,
que por lo tanto se tiene.
pero todo lo que les pueda llegar a decir parece ser que
les entra por un oído y les sale por el otro.
les escribo miles de poemas, a ver si se me hace más
fácil expresarme y que me entiendan, las miro fijo
durante horas, a ver si mis ojos pueden hablar por mi.
pero si estas insegura y empezas a descreer de mi,
de mis palabras, de mis besos y de las canciones
que te canto, va a ser imposible que me veas.
mis escritos se van a volver vacíos, como una hoja en blanco
que no dice nada, y vos te vas a sentir como ese lienzo
listo para ser utilizado, y que ahora no tiene más
que proyecciones y deseos de concreción.
mi amor acá estoy.
siempre estuve pero no me pudiste ver.
sólo de a ratitos parecía que nos encontrábamos las dos,
en un lugar que no formaba parte de este mundo,
era tan irreal, tan hermoso.
todo lo que más nos gustaba estaba a nuestro alrededor,
y por sobre todas las cosas estábamos vos y yo.
materializadas en dos cuerpos ajenos que se besaban
en el parque, en la cama de mi mama o en la oscuridad
de la sala de cine.
mi amor iba más allá de los limites de mi fisionomía,
estar con vos era como salirme de mi y volar, tener un
desdoblamiento constante que me conducía
hasta lugares desconocidos.
y jamás, jamás me asusté.
me entregaba a las nubes, al aire caliente y
a las vibraciones sonoras.
no es por ser caprichosa que hoy me voy,
pero es que me cansé de que no puedas conocerme.
de que ya no puedas creerme cuando te digo te amo y
de que cada vez que digo algo sienta que me juzgas,
que me metes el dedo en la herida, una herida abierta
para vos y para todos ellos.
y es así como si fuera un verdugo que le quiebro
el cuello a este amor.
me tapo la cara con una bolsa para que no me veas llorar o
tal vez porque pretendo asfixiarme en algún momento.
es probable que parte de mi se muera al tirar la soga y
que ya no tenga ganas de escribir más en este blog.
porque todas mis palabras se fueron con vos y
yo quede muda para siempre de amor.

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