domingo, 5 de diciembre de 2010

18:45

el día de ayer fue extraño. muy.
gente que no sabemos que hacía con nosotros,
pero que nos encantó que estuviera.
un lugar lleno de chaquetas de cuero,
mujeres mayores, lesbianas camioneras,
los dobles de todos los que conocemos y
luces que no llegamos a deducir si se movían o no.
mil porros en el balcón, el veo todo negro,
el chico desaparecido,
celeste carballo que me pidió un pucho
y bailar, por sobre todas las cosas bailar.
hasta que se hizo de día.
hasta que el sol entró por la ventana de ese lugar,
que estaba bueno pero que dejó sensaciones raras.
no por él, sino por todo lo que nos pasaba a nosotros
mientras lo habitábamos.
nosotros estábamos en la pista, prendidos fuego,
por dentro y por fuera.
nuestros cuerpos se movían pero nuestras cabezas
iban mucho más rápido.
y hablo en plural porque fue así para todos.
una noche extraña, pero en la que no paramos
de bailar ni un segundo.

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